Aquí os dejo rápidamente el capítulo 1 porque, haber si hoy hay suerte y salgo de nazarena, que ahora me tengo que preparar para ir camino hacia allí :D Seguro que no salimos, soy realista y no negativa, donde yo vivo está a punto de caer una buena, seguro >.< Haber si hay suerte ;| En fin, yo os lo dejo aquí. Mañana crearé la página donde irán los enlaces a los capítulos de esta novela. Espero que os guste :3
Capítulo 1: Sin ideas
Salgo de la ducha con el
pelo mojado, me da igual no sacármelo. Mañana tengo que entregar el siguiente
capítulo al señor Alan para que lo publique en el periódico del barrio, sino,
me puede caer una buena bronca. Menos mal que me he acordado, sino, no sé que
haría. Me siento frente a la pantalla del ordenador y cierro la puerta de mi
cuarto. Miro el reloj de mi mesita de noche: marca las 23:37. Venga va, solo
una hora. No más de tres, como la última vez. Abro la carpeta que tiene como
nombre “Periódico” y busco el capítulo que publiqué hace dos semanas. Estas dos
últimas semanas del mes, tengo que publicar otro capítulo.
-¿Por cuál iba?-me digo a
mí misma. Ya ni me acuerdo. En un documento de escritura, veo escrito “Cap.
13”.-Ah, por el 13. Tengo que seguir con el 14.
Minimizo la carpeta
“Periódico” y abro un nuevo documento, o como lo llama el ordenador; un word.
-Venga, va. ¿Cómo puedo
seguir?-me quedo pensativa y en la pantalla del ordenador veo con dificultad mi
cara, con el ceño fruncido.-Venga, tengo que empezar ya-digo y empiezo a pulsar
rápidamente las teclas del teclado.
Las calles están oscuras,
no hay ningún alma, excepto unos muchachos que rondan unos veintitrés años y
que deben de tener una buena borrachera encima. Le
doy un codazo a Louis y éste observa con detalle y el ceño fruncido a los
muchachos, que no paran de reírse y señalarnos mientras se acercan a nosotros.
Ahí me quedo. Venga, yo
puedo yo puedo... Apoyo la cabeza con mis manos mirando al teclado y me estrujo
el cerebro. Un poco más, sé que puedo.
Los muchachos se acercan
poco a poco a nosotros dos. Vaya lata dar un martes 13 una guardia de noche,
mientras que Lucy y Geo están en el edificio 4A durmiendo tranquilos. Un
muchacho, el más alto, deja caer al suelo la botella de cerveza que tenía en la
mano y con gesto de asco, nos señala.
-Vaya vaya... Los
guardianes-dice y escupe al suelo.
Louis gruñe un poco y se
hace invisible y ahora sí que no sé sus pasos.
-Tu amiguito se ha
ido-dice uno.
-No me digas-le contesto.
¿Ahora tiene que ser?
Llaman a la puerta de mi cuarto y digo un “adelante” en susurro para que pase
quien esté llamando. Mi madre, con su albornoz rosa y blanco asoma su cabeza con
su pelo largo castaño mojado.
-¿Aún sigues escribiendo?
-Menuda pregunta. Sabes
que lo tengo que hacer.
-Como tu veas, pero
sabes...
-Que papá no prefiere
esto-le corto.-Si no me molestases, iría más rápida.
-Calla y escribe,
gruñona-dice guiñándome un ojo y se marcha. Sigo.
Louis cobra su color
detrás de los muchachos borrachos y me hace un gesto de silencio. Se vuelve de
nuevo invisible y empuja a dos de ellos. Me agacho y coloco la manos en el
suelo y se congela al instante. Uno de los dos ebrios, se resbala y cae de
culo. Los otros tres se acercan a mí pero nada más pisar el hielo con cuidado,
les congelo los pies hasta las rodillas. Louis aparece al lado mía y se apoya
en mi hombro.
-Hala, os quedáis ahí-dice
mi amigo.
Una ráfaga de aire frío
interrumpe mi capítulo 14 para el periódico. Giro el cuello en dirección a la
ventana y veo que está abierta. Me corrijo: se acaba de abrir. Hace unos
minutos, estaba cerrada. Me levanto, la cierro y vuelvo a mi sitio a seguir
escribiendo. Me tapo la cara con las manos y miro la hora: 23.57. ¿Aún?
-Dios...-me quejo y pongo
los brazos sobre el escritorio y escondo mi cara, tocando el teclado, aunque no
sé qué hacer. Cierro un momento los ojos.-¡No! No puedo quedarme dormida-me digo a mí
misma y miro la pantalla. En el word, se ha escrito muchas “a” y ahora las
tengo que borrar.-Me cago... ¡Tengo que seguir!-grito en voz baja.
Louis y yo pasamos la
noche de guardia tranquila, pidiendo a algunos trabajadores que lleguen a casa
con calma, sin armar ruidos por la calle. Es hora de silencio. También, pasamos
la noche congelándole los pies a algunos “rateros” como los llama Lucy.
Paro de escribir. He oído
el crujido de una tabla del suelo de mi cuarto. Miro a todos los lados.
-Imaginaciones mías, tengo
sueño y oigo cosas del más allá.
Miro la palabra “ratero”
durante varios segundos. Miro al reloj: 00.15 marca. Miro a la pantalla y muevo
la flechita para pinchar en varias cosas en el ordenador. Un momento, no se
mueve. Lo pruebo varias veces.
-No no no no no no no no.
¡No! Vaya churro de noche llevo.
Pues nada, a reiniciar el
ordenador se ha dicho. En la torre del ordenador, le doy al botón para
reiniciar y cierro los ojos cogiendo la postura de antes. Oigo a los pocos
segundos la música de inicio que sale cuando el ordenador ya se ha encendido.
Abro corriendo el word, ¡se ha guardado! Lloro de alegría... por el
interior.
Empiezo, leo todo lo que
llevo escrito, desde el principio al final. Llaman a la puerta y veo el reloj:
00.33. Mi hermano pequeño, Tom, entra con su peluche favorito en la mano, un
oso negro y al que le falta un ojo y con cara de sueño.
-Helado...-dice.
-¿Qué?-digo, me levanto y
lo cojo en brazos.-¿Qué estás hablando, Tom?
-Helado... Quiero uno.
-Mañana te lo compro-digo,
aunque es raro, es noviembre. Me lo llevo en brazos hasta su cama, que está a
pocos pasos de mi habitación y lo arropo, poniéndole la caja de música que
tiene para que duerma tranquilo.-A dormir.
Vuelvo a mi dormitorio y
me siento en la silla, preparada para seguir escribiendo, aunque es poco y no
creo que al señor Alan le guste... Pero es lo único que tengo del capítulo y lo
único que puede leer. ¿Escusas? Que no he tenido tiempo. Tengo que intentar
algo más... Toco la nota “K” del teclado y noto como si un enorme mosquito me
pinchase en la parte superior del codo. ¿Qué me ocurre? Empiezo a ver las
letras del word borrosas... Me levanto con dificultad para tirarme a la
cama y dormir, peroe no llego, me caigo al suelo, pero algo o alguien que no logro
ver, me ha cogido. Para entonces, yo he cerrado los ojos y lo que me ha cogido
para evitar el ruido... Ya se ha ido.
¿O sigue aquí conmigo observándome?
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