Capítulo 9

Hola descendientes ^^

Quería deciros que he cambiado el fondo (lo he uesto un poco navideño) y he actualizado la radio ;) No tengo que deciros nada más, simplemente que paséis una buena noche y espero que os guste el capíulo :3 Por cierto, la foto que va a salir ahora la he hecho yo xD La frase y todo eso xD

 

Capítulo 9: Nina Ross

Aparece una chica de pelo liso negro y largo, con un vestido rosa claro como pijama y anda descalza. Tiene los ojos entrecerrados, bueno, casi cerrados. Miro mi reloj: la hemos levantado a las dos y media. La chica, que está medio dormida, pide un segundo con la mano y se gira, dejando la puerta entrecerrada. La chica aparece de nuevo ya espabilada y se seca la cara con la manga de su vestido.

-Buenas noches, director. Me estaba despertando bien para... atenderle-dice, con una voz dulce pero a la vez afilada, como un cuchillo.

-Buenas a ti también, señortia Ross. Le presento a Annie Peet. Es una descendiente nueva que el descendiente Jerome Clark ha traído. Él mismo ha dicho que usted sería una buena influencia para ella. Será su nueva compañera de cabaña-dice el director con voz seria.-Mañana, si no le importa, no tendrá clases, pero le deberá de enseñar todo el campamento. Sin más, buenas noches a las dos-dice y se marcha.

Ambas nos metemos dentro de la cabaña, que está oscura. Mi nueva compañera enciende la luz y todo se ilumina perfectamente. En un rincón, tiene una cocina con un pequeño mostrador negro, un pequeño frigorífico y un fregadero. En otro lado, cerca de la entrada, hay dos sillones que entre ambos, hay una mesa de madera. Hay tres puerta que: una conduce a un dormitorio, otra al cuarto de baño y la tercera a otro dormitorio.

-Me llamo Nina-dice girándose hacia mí.-Tu eres Annie, como ha dicho el director.

-Sí. Encantada.

-Ahí tienes tu dormitorio-dice señalando con la cabeza.-Yo me marcho de nuevo a dormir, mañana te levanto y te enseño el campamento-dice y se mete directamente en su cuarto.

Entro en el otro y la luz se apaga sola. El dormitorio tiene una ventana bastante grande, de cortinas azules, una cama individual (algo grande...) y una cómoda marrón. Las paredes y el suelo son de madera. Dejo el equipaje a un lado y me meto tal como estoy bajo las sábanas de la cama.

-Mañana desharé el equipaje-me digo a mí misma, agotada.

El agua cristalina con olor a cloro se concentra en la piscina tranquilamente, sin nadie nadando en ella. La piscina es honda, en la parte donde estoy, en el borde pone 5m. Estoy sola, con arco en mano y rayo en la otra. El rayo desaparece de mi mano y ahora tengo al lado a Jerome que me coge de la mano. Me separo de nuevo de mi otro yo, de nuevo, quedo en fantasma y me contemplo a mi misma. Tengo a mi otra yo delante mía mirando al agua. Se oye un grito cerca nuestra que retumba en la sala. Miro al agua, y mi otra yo también. Nos quedamos mirando el agua, en la que nuestras caras se reflejan sin mostrar ningún sentimiento, al menos yo. La otra Annie tiene cara de cansancio. La otra Annie está a punto de caerse al agua cuando Jerome la coge de la cintura y la arrastra hacia atrás. Yo miro de nuevo el agua de la piscina y se oye una vez más el grito y del techo, se rompe y por él entra un... Maldita sea, no me acuerdo del nombre. Lo he visto en libros de historia. La otra Annie carga de nuevo y de manera rápida el arco con un rayo y lo lanza a lo que sea que esté en el aire. Espera, ya recuerdo como se llama, es... un...

Me despierto aturdida y perpleja. Un nuevo sueño. Me quedo sentada en la cama con el corazón a cien por hora, a punto de salirse por mi boca. Abro la ventana para que entre un poco de aire. Son las cinco de la mañana. Decido quedarme despierta, haber si este sueño lo puedo recordar, aunque creo que será inútil. Aún así, intento varios minutos recordar algo, pero solo recuerdo verme a mí misma con un arco y un rayo cargado. Pasa una hora y me quedo intentando recordar algo de los dos sueños que he tenido, pero es en vano. El primero lo tuve en el avión y ya no me acuerdo nada de él, y el de hoy lo tengo un poco borroso, pero a lo largo de los días, se me borrará. Me levanto de la cama y deshago sin ganas el equipaje. Me quedo con la ropa de ahora, algo arrugada, para ver qué planes tiene Nina. 

De repente, suena una enorme campana y salgo de la habitación. Nina está bebiendo un vaso de agua  al verme, para de beber.

-Tranquila, es sólo... el despertador del campamento. Suena todos los días a las siete, excepto sábados y domingos, que los puedes tener libres o puedes concursar en algún campeonato que haya-explica.-Annie, ¿a qué dioses desciendes? 

Tardo en darme cuenta de que me está preguntando, pero al fin contesto.

-Mas o menos, mi madre me ha dicho que pertenezco a Artemisa-digo primero, mientras ella continúa bebiendo-y a Atenea.

Nina escupe el agua que bebe y se seca la boca con la mano.

-¡¿Atenea?!-grita sorprendida.-¿Sabes una cosa? Aquí no hay ninguna chica que descienda de Atenea. Eres la única. Los que descienden de ella son todos chicos.

-¿Todos? ¿Estás segura?-pregunto asombrada por lo que me acaba de decir.  

-Bueno, hubo dos chicas gemelas, pero de eso hace algunos años y se fueron del campamento. Acabaron muertas-dice con voz seria mirando al vaso de agua.

-¿Mu... muertas?

-¡Es broma! No muerieron, solo se fueron-me dice con una sonrisa, dejando de ver el vaso.

-¿De quiénes desciendes? 

-Poseidón, Deméter y Hermes-contesta.-Tengo más poderes de Poseidón. ¿Cuál es tu marca?-pregunta y se la enseño directamente.-¡Un rayo! Debes de ser de... Zeus. 

-No lo sé aún.

-Pues, chica, tienes muchas posibilidades-dice acercándose a mí y tocándome el rayo de la muñeca.-Hay muy pocos, poquísimos, que desciendan de Zeus-dice dejándome de tocar el rayo.-Mi marca es este trigo-comenta, y me enseña el tobillo donde se muestra el dibujo de una espiga de trigo.-Pertenece a Deméter, diosa de la fertilidad, agricultura, naturaleza y estaciones del año.

-Que bien-logro decir.

-El tiempo que hace en el campamento, puede ser... diferente al que haya fuera de este recinto.

-¿A qué te refieres?

-Hoy está soleado porque yo estoy de buen humor, junto a tres o cuatro personas más que hay. Si estuviésemos tristes, llovería. Enfadados, una tormenta. Nublado, cansados. Así.

-¿Y la estación por qué?

-Toca esa. El asunto de las estaciones ya es obra de Deméter.

-Tu poder es interesante...

-La verdad es que sí, pero me conocerás más cuando lleves más tiempo conmigo.

Guardamos varios minutos de silencio hasta que me pregunta.

-¿Jerome te trajo aquí?

-Sí.

-¿Sabes que pertenece a Afrodita y Apolo?

-Claro, y de Ares-comento.

-Ambos dioses (Afrodita y Apolo) son dioses de la belleza. Cuando en la antigüedad, Afrodita se enamoraba de alguien, no se sabía bien, pero Apolo... se le notaba.-Con esto quiero llegar a que Afrodita guardaba bien sus sentimientos, mientras que Apolo era más abierto y se abalanzaba.

-Te entiendo.

-Sin que esto te moleste...-dice con el ceño fruncido.-Pero creo que...-se detiene, intentando elegir las palabras adecuadas.-Bah, da igual. Olvida.

-No... Ahora me lo dices-me quejo, sino, me quedo con las ganas.

-Simplemente: un descendiente y un descendiente podrían llegar a enamorarse.

No lo entiendo, pero aún así, asiento.

-Es un chico muy majo, verás que vien te cae-dice y da el último sorbo al vaso de agua.-Venga, vamos a enseñarte el campamento.