Capítulo 19

Hola tributoss! :)

Siento mucho si no he subido ningún capítulo, es que esta semana tenía dos exámenes y, aunque son pocos, había que estudiar mucho :( Estos días he cogido muy poco el ordenador y no he podido entrar en ninguno de mis blogs, ni adelantar mi 3er libro ni nada. 

Eso era todo, pediros perdón por el retraso. Ya la subida de capítulo la podréis ver en la barra lateral del blog ^^ Feliz viernes y espero que os guste el capítulo 19 :D

Capítulo 19

Cuando salgo del saco de dormir, apago el fuego y voy despertando a los demás. Noto que las temperaturas están subiendo poco a poco y cuando los demás ya están despiertos, yo ya me he quitado la chaqueta y la tengo atada a la cintura. Una vez todo recogido, nos ponemos en marcha, pero antes, Max sube de nuevo a un árbol para ver en qué lugar nos encontramos.

-Estamos muy cerca de la nieve. A dos o tres horas andando. 

Nos ponemos en marcha hacia la misma dirección que estábamos tomando estos días. Tras una hora andando, oigo varios zumbidos rápidos detrás mía, que estoy de retaguardia. Dejo al lado los zumbidos y sigo a mis aliados. Tras varios minutos andando, oigo de nuevo los zumbidos, más cercanos a nosotros. Me giro y me quedo quieta, sacando poco a poco los cuchillos. Los demás no se han percatado de mi  parada y han continuado andando. A lo lejos, distingo algo de colores vivos bastantes grandes, acercándose a nosotros. Me quedo más quieta y dejo de respirar. Entrecierro los ojos: una bandada de pájaros de colores vivos (rosa fuerte y verde chillón) vienen hacia nosotros a toda velocidad. Doy media vuelta y salgo corriendo hacia mis aliados.

-¡Corred, corred!-grito y ellos echan a correr sin pedir explicaciones.

Por muchos que nos sigan los pájaros, debemos de seguir para estar en la nieve. Miro hacia atrás y veo que son unos seis o siete pájaros, de picos largos y afilados. Llegamos a un claro y al ver una hoguera en el suelo apagada, me doy cuenta de que hemos vuelto probablemente al lugar de anoche.

-Tenemos que quedarnos a luchar, no podemos seguir huyendo-propone Max.

-No, demasiado peligroso-dice Katy.

-Pues yo me quedo-le contesta Max con tono desafiante.

-Y yo-digo poniéndome junto a él.

Jasón asiente y se une, y Katy igual.

Nos quedamos en nuestros sitios y poco a poco, llega a nuestros oídos los zumbidos que hacen las alas de los pájaros. Nunca había visto esos pájaros, en algunos Juegos quizás hayan salido, pero yo no los recuerdo. Siempre he visto unos osos que habitan en la nieve, cerca del hielo. También unos monos en Arenas que eran junglas o unas especies de lobos. Pero jamás he visto esta especie de muto. Son exóticos y algo raros, ¿serán alguna invención nueva de los Vigilantes de este año? Suspiro y ya distingo al primer pájaro de color rosa fuerte. Seguro que ahora nos están grabando, aquí muere uno y fijo. Lo más seguro es que la maldita gente del Capitolio está disfrutando ahora, mientras que en los Distritos 4 y 6 lo estarán pasando fatal. Cojo un cuchillo en cada mano y estamos en fila, preparados para atacar. Los pájaros vienen en grupo y parecen que se han unido más. Katy lanza su arma y atraviesa a tres seguidos. Yo lanzo los cuchillos y tirándolos a la vez, clavo los dos. Max está un poco más atrás que nosotros, tiene la espada y no creo que le sirva de mucho lanzarla, ya que pesa más. Cada vez aparecen más a medida que los vamos matando. Jasón a matado a tres con su tridente y ya no aparecen más, al menos eso creo. Lanzo de nuevo los cuchillos. Me estoy quedando sin ellos. Suena un cañonazo. Miro a todos y están bien, ningún fallecido. Seguimos varias veces matando, y ya no sé si aparecen más o van quedando menos. Sin subir la cantidad, pero creo que se están acercando más a nuestros cuerpos con sus largos y afilados picos. Me he quedado sin cuchillos y me obligo a ir hacia los cuerpos muertos de los pájaros a recoger los que he lanzado. Voy a pedir que alguien me cubra, pero todos están ocupados, incluso Max, que a pesar del arma que tiene, está moviendola en el aire y cortando cuellos. Corro hacia los pájaros del suelo y empiezo a recoger. Al girarme para ayudar a los demás, veo que un pájaro le ha arrebatado con el pico la espada a Max y le está a punto de clavar el pico en el pecho. Está inmóvil.

-Idiota, corre-musito.

Pienso, pero la idiota soy yo, no puede correr, detrás suya tiene un árbol. Lanzo corriendo un cuchillo al pájaro y éste cae muerto. Le he cortado la cabeza al ave. Suspiro aliviada y Max se gira hacia mi para lanzarme una mirada de gratitud y señala detrás mía. Un pájaro verde chillón viene por detrás mía y le lanzo otro cuchillo. Me giro hacia Max y al girarme veo que tiene un pájaro detrás suya. No tengo cuchillo en la mano y mientras intento sacar uno de mis pantalones (que se ha liado con el cinturón) le grito:

-¡Max, cuidado!-dejo el cuchillo y salgo corriendo hacia él e intento sacar de nuevo el cuchillo.

Max y se gira y el pájaro el clava su pico en el pecho.

-¡No!-grito corriendo hacia él.

La rabia se apodera de mi cuerpo y me acerco tanto al pájaro que lo cojo por el pico y con el cuchillo que tengo en la mano, le corto la cabeza y lo tiro al suelo. A tomar viento. Los otros pájaros deben de haberme visto, porque ya no oigo los zumbidos y me arrodillo al lado de Max.

-¡Max, Max!-grita Katy y se acerca a nosotros corriendo.

Me aparta de un empujón (gracias), y empieza a salirse las lágrimas que se resbalan por las mejillas, y a mí, se me escapan también. Me levanto del suelo, mirando a Max y Jasón me rodea con sus fuertes brazos para consolarme. Katy le ha levantado la camiseta para ver la herida y le ha apoyado la cabeza en su regazo. Dirijo la vista a la herida y la retiro al instante: tiene un enorme agujero bastante profundo y le está mandando sangre sin parar.

-¿Me pondré bien?-pregunta, con la respiración agitada, aunque tiene una sonrisa triste en la cara y sabe que no es así.

Katy esboza otra sonrisa triste y con las lágrimas resbalando por su rostro, asiente.

-Claro, dentro de muy poco-dice.

Max sonríe de nuevo y veo que el pecho se le ha parado por completo y ha cerrado los ojos.

Suena el cañonazo.