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domingo, 21 de octubre de 2012

Capítulo 18

¡Tributos! :D Siento la espera, es que he estado algo ocupada con los deberes y esas cosas :) Ahora que he sacado algo de tiempo, os escribo el capítulo 18 ^^


También quería deciros de que ya me queda mucho menos para acabar mi tercer libro º^º Haha, esta vez en serio, me quedan unos... cinco capítulos, le echaría yo. Antes os decía que me quedaba poco, pero es que lo tenía en pausa por causa de los malditos maravillosos deberes que me mandan los maestros. 

Por cierto, ¿os gustó el otro capítulo? e.e La historia dio un giro o.O Seguro que no os esperabais eso de Lennie, ehh e.e No me enrollo más, aquí os dejo el capítulo :3


Capítulo 18

Repartimos las armas (ahora sí hay para todos). Me devuelven los cuchillos, de modo que yo ahora tengo ocho. A Max le dan la espada, a Katy la lanza y a Jasón el tridente. Nos sentamos en el suelo y decidimos pensar en algún plan.
-La empollona se ha ido-comenta Jasón.
-No deberías de hablar así de ella. Nos ayudó en asuntos-le riñe Katy.
-Es una traidora-contesta Jasón.
-Ya está-corto antes de que Katy replique.
Pasan los minutos en silencio y decidimos ir a la nieve para conseguir agua. Nos ponemos en marcha y creo que llevamos varias horas andando, porque estoy sudando la gota gorda y los demás jadean (a parte de sudar). Creo que me ha caído algo de líquido encima de la nariz, así que pienso que debe de ser sudor.
-Hey, un momento-dice Max y nos detenemos.-Me está cayendo algo en el brazo-dice estirando su brazo derecho.
Muevo la mano en señal de que no pasa nada y seguimos andando. Max y Jasón se han quitado la camiseta y tienen la chaqueta y la camiseta atadas a la cintura. Katy y yo, al ser chicas, sólo nos hemos quitado la chaqueta y nos la hemos atado a la cintura.
-¡Otra vez!-exclama Max.
-Sudor-digo.
Max niega con la cabeza y dice que ya le ha caído en varias partes del cuerpo. Miro al cielo y veo que está totalmente despejado. Podría ser lluvia, pero con el cielo así es poco probable. Me encojo de hombros y seguimos la marcha. 

Voy la última, de retaguardia y de vez en cuando miro hacia atrás por si alguien nos sigue. Me paro un momento porque llevo tiempo sintiendo algo de fresco y húmedo en el cuerpo. A lo lejos de nosotros, veo que se está acercando una lluvia floja. Sonrío a mí misma. ¡Agua!
-¡Chicos!-grito corriendo hacia ellos que se paran y se giran hacia mí.-¡Agua! ¡Es lluvia!-digo señalando la lluvia que se acerca por momentos.
Ellos sonríen y Max dice algo y entonces es cuando ato todos los cabos sueltos. Lo que nos caía encima del cuerpo eran gotas de lluvia. Nos paramos y recogemos algunas hojas grandes, duras y resistentes. Cuando la lluvia llega y moja nuestros cuerpos como una ducha de... Dejo de sonreír. Se suponía que el agua debería de estar fresca, pero está caliente como un café recién sacado del microondas y beberla no sería muy buena para el estómago. Dirijo una mirada hacia Katy y creo que ha pensado lo mismo que yo.
-No deberíamos beberla. Es caliente, nos sentaría mal.
Tiramos las hojas del suelo y nos ponemos de nuevo en marcha hacia la nieve, bajo la lluvia. Llevamos otras horas andando y la lluvia cesó hace algunos minutos. De vez en cuando, nos llega una ráfaga de aire frío que nos agita el pelo. Nos estamos acercando a la montaña nevada; buena señal y vamos por el buen camino. Cae la noche en cuestión de minutos y decidimos acampar entre unos árboles. Encendemos un pequeño fuego y salgo a cazar con Katy mientras los chicos preparan el campamento y termina de anochecer. La caza ha sido buena, hemos cogido dos grandes conejos, podrían ser liebres, seguro. Cuando Katy y yo llegamos a la zona del campamento, ya es de noche y han preparado el fuego y el techo de hojas.

Nos comemos la carne con ganas y nos quedamos sentados esperando a que aparezcan los tributos muertos de hoy. Aparece el sello del Capitolio a los minutos, suena el himno y sólo aparecen la cara de la aliada. Cuando la veo, agacho la cabeza, aún algo culpable. Si ha salido otro tributo, no lo he visto. Me ofrezco para hacer la guardia de hoy, pero Jasón se niega. Al final lo convenzo y él acepta a regañadientes. Esta vez, no hay árboles huecos, así que nos obligamos a dormir en el suelo. Ahora que estamos cerca de la nieve, hace el doble de frío a causa de las ráfagas de aire que nos llegan, más fría temperatura que ponen los Vigilantes por la noche. Los demás se duermen y me pongo a dibujar en el suelo dibujos raros con los cuchillos. Tengo un poco de frío (por no decir mucho), así que me echo la capucha de la chaqueta y me apoyo en el árbol. Max se mueve de vez en cuando, pero duerme profundamente y Katy igual. Jasón permanece quieto en el suelo, metido en el saco de dormir con el tridente al lado. Decido sacar las cosas de la mochila que siempre llevo encima y las ordeno guardándolas de nuevo. 
-Deberías de haberme dejado a mí-dice.
-Da igual. Mañana haces tu el turno. Vuelve a dormir.
-No puedo, tengo que tenerte al lado para saber que estás bien.
-A ti no te quedó claro lo que te dije en tu planta, ¿verdad?
-Por uno me entra y por el otro me sale.
Me quedo callada.
-No vas a dormir hasta que no te haga caso, ¿verdad?
-Verdad.
Me meto rápido en el saco porque no tengo otro remedio y apetece estar calentita con el frío que tengo.
-Gracias por haberme salvado.
-No las des.
-Lo digo en serio. Si no hubieras estado cerca de mi sitio, habría muerto fijo. Me tenía inmovilizado. 
-Inocente...-susurro.
-¿Qué?
-Nada. No te debes de fiar ni de tu propia sombra-digo riéndome.-Bueno, pues eso. Deja ya ese tema. 
Él me mira y nos quedamos un rato mirando a lo lejos hasta que se duerme. Apoyo mi cabeza en su hombro. Tengo sueño y frío, pero no me puedo quedar dormida. Una guardia es una guardia. Me quedo mirando aún a lo lejos mientras pienso en todo lo que ha pasado hoy: la muerte de Lennie, nuestro destino a la montaña nevada para beber agua y mi guardia aquí. Si las normas no fueran de que sólo debía de haber un ganador, me gustaría que fuesen dos. Ojalá en unos Juegos ganen más de uno a la vez. Mejor, que se vayan ya a tomar viento los Juegos, el maldito Capitolio y el presidente Snow. Todo a tomar aire fresco, que es bueno. A las pocas horas, empieza a amanecer y salgo del saco de dormir poco a poco para no despertar a mi aliado, que duerme plácidamente.

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