Capítulo 27
A los pocos minutos, llega Tobi, con un brazo lleno de arañones. No se da cuenta de que estoy allí sentada. Tengo la garganta seca y si le hablo ahora si se enteraría de lo que le diría. Tobi se desploma al suelo, jadeando incluso más que yo cuando llegué. No está muerto, ni inconsciente, pero está lleno de arañones por los brazos y está cansado. Gira la cabeza y me ve allí sentada, con mi mirada clavada en él.
-¿Qué te ha pasado?-le pregunto, aunque muy bajo y posiblemente ni se ha enterado.
-No... na... nada. Estoy bien, tranquila-dice tomando aire. Sigue jadeando, pero cada vez menos. Me levanto de mi sitio y lo arrastro cogiéndole desde abajo de los brazos hasta apoyarlo en la pared donde estaba sentada.-Gracias-susurra y me siento junto a él.
-Deberías de echarte un poco de saliva para que se te cierren los arañones-le digo mirándolo a los ojos.
Él me devuelve la mirada y sacude la cabeza. Cierro los ojos un rato, mi vista necesita descansar, creo que la he usado mucho.
-¿Qué has visto?-me pregunta y abro los ojos y le miro de nuevo.
-Un hombre. Me ha atacado y ha salido relampagueando hasta llegar aquí.
-Yo también he visto a alguien, pero no sabía si era un hombre o una mujer u otra cosa-dice.
Vuelvo a cerrar los ojos, pero fue en vano. Oigo como Tobi se levanta y cae al suelo de manera fuerte, pero no tanto para romperle algunos hueso. Abro los ojos de inmediato y me encontré con la silueta del hombre que me cogió antes. La luz del patio se había apagado. Fui rápida así que me apoyé con las manos en el césped y con los pies le pegué un empujón al hombre, lo bastante fuerte y cayó más leos de donde estaba Tobi. Me levanto corriendo y levanto a Tobi. Creo que está aún más dañado que antes, así que lo levanto y me echo un brazo suyo por encima del hombro y nos vamos lo más rápido que podemos de allí. Puedo luchar contra el hombre, pero con mi compañero herido no puedo. Entramos dentro de la casa. Parece que el hombre se ha ido, así que salgo a echar un vistazo. La zona está tranquila y Tobi respira con dificultad y decido sacarlo fuera para que respire aire fresco. Al apoyarlo en la pared, veo que está sudando y me susurra:
-Me he pegado un buen golpe en el pecho.
-Calla y respira-le digo y él empieza a tranquilizarse y mientras, sigo alerta mirando a los alrededores y no veo nada. Me giro y me quedo mirando a Tobi, que está peor que yo.
-¡Cuidado!-grita mi amigo.
Giro la cabeza rápidamente y veo cómo la silueta del hombre se acerca a mi izquierda a toda velocidad. Me da un golpe fuerte y caigo al suelo, tumbada. El hombre se pone encima mía y me intenta sacar los ojos con las uñas fuertes que debe de tener. Soy lo bastante rápida y rodeo sus muñecas con mis manos, y se las giro hacia atrás un poco y hace que el hombre gruña de dolor. Acto seguido, le pego un rodillazo en la barriga. El hombre sale lanzado para atrás a pocos centímetro de mí. Me apoyo en un codo y salgo de gatas hacia Tobi, para protegerlo, porque se ve que el hombre sigue aún con fuerzas. El hombre se apoya en su codo e intenta levantarse, pero no puede. Me separo de mi amigo y me pongo de pie al lado del hombre que está tumbado boca abajo. Miro su ropa, aún rajada por mis arañazos de antes.
-¡Vale, vale! Basta por hoy-dice una voz que me suena mucho hasta que caí en la cuenta de que es...
No hay comentarios:
Publicar un comentario