Bueno, he recibido muchos comentarios positivos sobre el blog y mi historia ;) La mayoría de "escribes muy bien" o "parece una historia interesante". La frase que más me ha gustado; "¿no has pensado en ser escritora?" Gracias a todos :D
Bueno, ahora os pongo el 2º capítulo, pero antes... ahora mismo estoy hablando con mi mejor amiga, y me vino a la cabeza que las mejores amigas se apoyan mutuamente, jajaja, y es verdad, ella fue la que me dio el 1er comentario positivo de mi libro :3 El lema es que las mejores amigas no se pelean
Capítulo 2
Al llegar a su casa, llamo al timbre y sale su madre.
-¡Hola Kat! ¿Qué te trae por aquí?
-Hola Sr. Hamilton. ¿Puede salir un momento Debbie? Le quiero dar una cosa.
-Claro-me dice y se mete dentro de la casa llamando a voces a mi amiga.-Entra, si quieres-me invita.
-No hace falta, tengo un poco de prisa-le digo.
Al cabo de unos minutos, sale Debbie.
-Qué bien le cuentas a tu madre el asunto de mi mudanza-le digo con una sonrisa traviesa
-No le quise contar nada para que ella no se volviese tan... mi madre-me dice riéndose a carcajadas.-Tarde o temprano, cuando me pregunte por ti, yo le diré que vas bien en el instituto y cuando me diga que no te ve por la calle, yo le diré que te mudaste. Me castigará, a no ser que yo le diga que estaba tan dolorida que me costaba asumirlo-me dice riéndose.
-Bueno, bueno... Quiero que me guardes este objeto muy especial para mí.
-¿Qué es?-me pregunta curiosa mientras yo le doy mi gato de peluche, a mi preciada Mie.-¿Un gato de peluche?
-Sí. Siempre lo he tenido desde pequeña y quiero que lo tengas tu para que me recuerdes.
-Vale-dice mientras varias lágrimas se le escapan de los ojos.
-No quiero recordarte llorando, ni que tu me recuerdes igual-le digo cuando suelto las lágrimas.-¿Un abrazo?
-Un abrazo-me dice entre lágrimas y gemidos y nos damos un fuerte abrazo.
-Cuídalo bien, me tengo que ir. Adiós, amiga, siempre te recordaré.-Le digo y salgo corriendo calle abajo para llegar a mi casa.
Corro durante unos diez minutos y llego a mi casa. Mi padre está montado en el coche y mi madre está cerrando la casa.
-Siempre la recordaremos-me dice mi padre-pero en New York estaremos mucho mejor, verás cómo sí.
-Cierto-dice mi madre.
Me imagino mi nueva casa, nuevos amigos y... como manejo el idioma. He hecho dictados y he intentado leer un poco. Se me da bien... creo.
-Kat, hemos metido tus cajas en el coche
-Vale-le digo mientras me monto en el coche. Mi padre arranca el coche y yo le echo una última mirada a la fachada blanca de mi casa. La echaré de menos... Al cabo de una hora, llegamos al aeropuerto. La empresa ha pagado los tres billetes para que nos resulte más fácil conseguir la casa, aunque por las noches, me hago la distraída con el libro que me leo y he oído que la empresa también nos ha encontrado una casa, pero nosotros debemos de pagar los gastos de agua, luz, hipoteca... Nos revisan el equipaje, las 10, casi 15 maletas que llevamos. Era una cantidad de ropa (invierno y verano), mis libros, almohadas, sábanas... Muchas cosas. Eran demasiadas, desde bolsos a maletas de carro. Tuvimos que esperar tres cuartos de hora a que llegase el avión y los pasajeros de dentro saliesen y cogiesen sus equipajes
Me dormí un poco mientras llegaba y no llegaba el avión, con la cabeza apoyada en el brazo de mi padre. Soñé lo que me estaba ocurriendo ahora, decir "adiós" a mis amigos y un "hola" a los nuevos. El sueño se me hizo muy largo y cuando me despierto me entero de que sólo habían pasado veinte minutos. Vuelvo a echar otro sueño, me había levantado temprano.
-Kat-me llama mi madre-venga, que el avión ya está aquí.
-¿Qué?-logro decir un poco dormida.
Me incorporo poco a poco y veo por el enorme cristal de la pared el ala del avión. Estoy pasando el largo pasillo que se me hace eterno, con mi bolso colgando del hombre. Veo a muchos niños pequeños de cinco años más o menos, cogidos de la mano de sus padres. Parecen muy felices, se irán de viajes. Ya pronto se acercan las vacaciones de verano y el colegio está a punto de terminar. Llego al avión, en la entrada hay dos azafatas, con falda por encima de las rodillas de color azul oscuro, con unos tacones negros de tacón bajo. Llevaban una camisa de color blanco y un pañuelo en el cuello a juego con la falda. Una de ellas tenía el pelo largo y negro y lo llevaba recogido con horquillas. La otra azafata llevaba una cola alta y su cabello era de color avellana.
-Bienvenida-me dicen las dos a la vez.
Mis padres iban delante mía y también las dos le habían dicho lo mismo. Entramos y nada más pasar las azafatas, giré la cabeza a la izquierda y allí estaban los dos pilotos. Estaban pulsando botones, preparándose para despegar. Había muchos botones y luces y muchas cosas raras que yo no entendería nunca. No era la primera vez que había viajado en avión y tampoco la última vez que había visto una cabina donde pilotan, pero olvidé el aspecto.
Nuestra fila era la 15 y los asientos el 1, 2 y 3. Le cambié mi sitio a mi padre porque me hacía mucha ilusión estar al lado de la venta, y él me lo cambió encantado. Así que yo estaba al lado de la ventana y él al lado del pasillo.
-Así podré ver las piernas de las azafatas-me dice guiñándome un ojo.
Entonces, mi madre le pega un pequeño codazo en el brazo y él ni se inmuta de ese pequeño dolor, pero pone una mueca de molestia.
-Atención señores clientes-dice una voz de dentro del avión y yo me imagino que estamos en el cielo y que nos vamos a estrella contra el suelo.-Nos quedan pocos minutos para despegar. Por favor, colocarse bien el cinturón de seguridad y a continuación, nuestras azafatas os explicarán que deberían de hacer en caso de emergencia.
Ya habían terminado de dar ese pequeño discurso y las azafatas empezaron a explicar qué deberíamos de hacer en caso de emergencia. Yo ya me lo sabía de memoria; ponerse la mascarilla de oxígeno, el chaleco salvavidas...
-Por favor, le volvemos a repetir que se coloquen los cinturones y disfruten del viaje. Muchas gracias por elegir nuestra compañía aérea.
Que guayy, cada vez se está poniendo más interesante. =)
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